Donde fuimos invencibles (2018)

Carlos Green, ex estrella californiana de Surf con raíces cántabras y reconvertido a escritor, decide pasar un verano en la que fuera la casa de su abuela en Suances, un palacio en toda regla, para terminar de escribir una obra autobiográfica. Lo que no se espera es despertarse con moratones por el cuerpo, escuchar ruidos extraños y ver la aparición de una mujer joven. No es el único que cree que el lugar está embrujado, tanto la asistenta, quien va a buscar a Valentina Redondo y Oliver Gordon para pedirles ayuda, como el jardinero, que acaba muerto en el jardín, también lo piensan.

Un cadáver lleva a otro y en la investigación empieza a relucir la ausencia de un antiguo y valioso libro que Martha, la abuela de Carlos, prometió donar a la Biblioteca Municipal. En ella se celebra un club de lectura que muchas veces tenía lugar en el palacio para que la señora Green no tuviera que desplazarse y sus asistentes acaban en la lista de sospechosos, los “diez negritos” a los que alude la teniente Redondo en claro homenaje a la obra de Agatha Christie.

Pero ¿qué pasa con los supuestos fantasmas de la vivienda de los Green? Carlos sigue con sus moratones y sus visiones de la mujer así que haciendo caso a su abogado, se pone en contacto con un chico joven de nombre Christian Valle para que investigue esa actividad paranormal. 

“Donde fuimos invencibles”, la tercera parte de la saga “Puerto escondido” de la escritora María Oruña (Vigo, 1976), mezcla la investigación de la teniente Valentina Redondo y sus compañeros de unidad con el borrador del manuscrito biográfico de Carlos Green, páginas que de por sí son una historia completa y resultan muy interesantes, con tres clases magistrales a las que acude Christian Valle quien tiene puntos de vista muy diferentes al profesor que las da y que acaba teniendo junto con el joven investigador paranormal bastante peso en la parte final de la novela.

Quien menos protagonismo tiene en este caso es Oliver Gordon aunque encaja perfectamente en la trama y cuya relación con Valentina sigue afianzándose más y más dejando momentos bien bonitos entre ambos. 

Como trama de intriga tiene sus momentos “Donde fuimos invencibles” aunque lo paranormal si eres una persona escéptica como yo, como que no lo llegas a creer, sobre todo porque, de momento, Oruña no escribe ciencia ficción, pero el desenlace está muy bien traído y además, más que policial, acaba siendo un caso resuelto más por los civiles que tratan de averiguar qué es lo que pasa en el palacio que otra cosa.

Me ha gustado mucho la historia de Carlos Green y la de las clases a las que acude Valle me ha resultado bastante educativa, de nuevo hay que alabar la tarea de documentación de la escritora, aunque la investigación me ha resultado bastante más ligera que en las dos novelas anteriores. Ahora, eso no quita para que “Donde fuimos invencibles” sea un libro de intriga entretenido que nos presenta otra serie de personajes, llamémoslos episódicos, de interés.

No está mal.

Ficha de la edición:

»Título: Donde fuimos invencibles
»Autora: María Oruña
»Idioma: Castellano
»Editorial: Booket (Planeta)
»Fecha de publicación original: 2018
»Fecha de publicación de la edición leída: 2019
»Cubierta: Tapa blanda